“’cause in the daylight we’ll be
on our own
But tonight I need to hold you so close”
Daylight – Maroon 5
Aquí estoy.
Son las 7 de la mañana y no sé qué hacer ni qué pensar.
Horas atrás,
me encontraba en un carro apresurando mi camino hacia aquel encuentro inocente
que habíamos pactado. Aun no sé como decírselo. Me gustas, ¿sabes?
El temor y
remordimiento se apoderaban de mí. ¿Sera
ya momento de dar un paso más y dejar todo en el pasado? No lo sé. Quizá después de hoy, quizá encuentre la
respuesta cuando todo acabe. Eso fue lo que me dije.
Los nervios
se apoderaban de mí. El volumen de mi voz parecía no tener control alguno.
Típico de mí. Mis manos temblaban ligeramente. Evitaba el más mínimo roce para
no provocar malentendido alguno. Demasiado típico de mí.
Una película,
un abrazo y un repentino interés por mi seguridad en tan avanzada hora de la
noche fue todo lo que basto. Quizá ya era hora de confiar en mi instinto. Y así
fue.
Avanzando dos
meses desde aquel día, llego el momento inevitable. Ambos sabíamos que pasaría.
No había forma de evitarlo. Aun así, parece haber llegado tan rápido.
Es de noche.
No queremos dormir. No podemos hacer más que mirarnos y prolongar el poco tiempo
que nos queda para estar juntos. Le pregunto de sus preparativos. ¿Ya empacaste esto? o No te olvides de guardar eso otro. Aun
con el poco tiempo no dejo de pensar que debe irse preparado.
No queremos
dormir. No quiero acabar con el corto momento que tenemos. No quiere
arriesgarse a no poder despertarse a tiempo. Improvisamos todo tipo de
conversación. No importan los temas, solo queremos alejar lo más posible la
despedida. Ambos lo tenemos muy claro. Cuando amanezca, se tendrá que ir.
El momento de
la despedida se acerca cada vez más. El único consuelo posible es el recuerdo
de una pequeña despedida. Un abrazo, un momento solo nuestro, fotos, sonrisas y
miradas.
Ya amaneció.
La luz del día en que deberá partir nos recuerda los pocos minutos que tenemos
de estar tan cerca. Una videollamada. Un último saludo. Puedo verte y tú a mí.
Me sonríes. Intentamos ocultar la tristeza de tener que separarnos. No es por
mucho, lo sé. Debemos ser fuertes. Debemos resistir. Pronto volverás.
Ya es el
momento. Empezaste a despedirte y no sé cómo ocultar lo que siento. Creo que te
das cuenta e intentas hacerme reír. Lo siento, debía ser lo contrario. Te veo
haciendo ya la cola para entrar. Finalmente, ha llegado el momento. Nos
despedimos. Una última sonrisa y la pantalla se oscurece.
Que tengas un buen viaje.
No hay comentarios:
Publicar un comentario