martes, 18 de noviembre de 2014

Los lamentos del cachorrito

Estaba yo en esos tiempos… de incomprensiones y desengaños… Ah, no.  Así no iba… Ja

Era el año 2008 o 2009 (ha pasado un tiempo, no está muy clara la fecha), estábamos en la búsqueda una mascota ideal para nuestra familia. Era un problema tratar de criar a un perro grande cuando la mayoría de personas en la casa están de un lado a otro y casi no tienen tiempo para sacar a pasear continuamente a un perro de gran tamaño.
Y fue en esa búsqueda que el que escribe aquí encontró un precioso perrito poodle color chocolate en un aparador de un intento de tienda. Me entristecía ver como el perrito se encontraba solo, sin alguna otra compañía que un ya destrozado peluche. Luego de una buena conversación con la “vendedora”, logre llevarme al pequeño ser inocente a mi casa. Fue bien recibido, todos lo quisieron. Era gratificante ver como el pequeñín (humano) de la casa jugaba con el pequeñín nuevo (perrito). El nombre que se le decidió poner fue Charlie (Ajam! Charlie el poodle de chocolate… Charlie y la fábrica… eso…)
Pero, como todo aquel que ha tenido un perrito cachorrito en casa debe saber, este escogía las noches para hacer escándalo y medio, y uno que otro destrozo.

Pasaron los días…y llego una noche que jamás podre olvidar…
Fue un viernes, aproximadamente las 11 de la noche. Me encontraba en mi tibia camita, abrigado a más no poder (era invierno, ¡pues!). En medio de mi muy ligero sueño, un agudo ruido me hace saltar de mi cama. Un pequeño llanto se oía desde la cocina. ¡Genial, ya se despertó!, me dije. Y es que el cachorrito Charlie no tenía ganas de dormir solo esa noche, al parecer. Y se la pasaba de llanto en llanto, lamentos por la ausencia de una compañía.
Primero, probé con una mantita pensando que era el frio. La paz no duro ni diez minutos.
Luego, le toco a un peluche para hacerle compañía. Tampoco funciono.
Finalmente, ya cansado y con sueño, traje unas cajas del depósito y le arme una casita en una esquinita de mi cuarto, a menos de medio metro de mi cama. Y con eso se durmió… y despertó a la media hora.
Y fue el momento del último intento. Una pequeña mantita con la que hice burrito de Charlie (quedo bien envuelto y con solo la cabecita saliendo de la mantita). Y fue envuelto con mi brazo que el cachorrito Charlie cayo rendido.
A la mañana, unos intentos de ladrido y un suave apretón de dientes en mi nariz me despertaron. Como no me movía, me cayó un ataque de lengüetazos hasta que salí de la cama…

Pasaron dos días de aquel momento… hasta un día muy doloroso en mi vida…
Fue un martes. El día anterior, hubo una reunión familiar, por lo que cachorrito Charlie tuvo que dormir en el depósito (el único lugar donde Charlie no se desesperaría por el ruido). Confiado que cachorrito Charlie estaría bien, me fui a dormir.
A la mañana siguiente, desperté con un muy mal presentimiento. Sin ponerme los lentes, me asomé a mi ventana y lo que vi, hasta el día de hoy me perturba (y explica mi hábito de ponerme los lentes apenas despierto y mirar por esa ventana). En una pequeña piscina de poca profundidad, una bolsa marrón flotaba muy despacio hacia uno de los bordes. Tras ponerme los lentes, corrí hacia aquella piscina. No era marrón, era chocolate; y no era una bolsa lo que flotaba…
En el borde ya de la piscina, solo una parte del hociquito de aquel pobre cachorrito sobresalía. Desesperado, lo saque de la piscina y tomé entre mis brazos. Intente envolverlo con mi polo y abrigarlo. Su respiración era muy lenta. Sus ojos se esforzaban por abrirse, pero no le quedaban fuerzas. En un momento de total desesperación intente auxiliar al pequeño Charlie, pero quizá ya era muy tarde. Por más que le rogara entre gritos que reaccione, ya no quedaba mucho por hacer.
Luego de un último intento de hacer reaccionar a Charlie, un último sonido broto de aquel pequeño cuerpecito. Y con aquel ultimo lamento, el cachorrito Charlie se despidió para no volver…
Esa fría mañana paso muy lentamente para mí. En mis brazos, el cachorrito Charlie se mantuvo contenido hasta que fue momento de aceptar la realidad… Charlie ya no volvería.

Con el tiempo, llego otro poodle a esta casa… Un regalo a mi sobrino para que aprenda a ser responsable, aunque termino bajo mi cuidado. Y lleva ya algunos años acompañándome. Luego, llego Lola, la pug más desesperante, pero tierna que pueda existir. Y ellos siempre estarán ahí conmigo. En las buenas, sacándome de quicio. En las malas, echándose a mi lado y haciendo compañía hasta que mejore. Siempre acompañándonos en cada momento.

Pero… Charlie aun estará conmigo en esta casa, debajo de aquel jardín donde paso un corto tiempo jugando. Cuidándonos quizá con esos pequeños ojos y ese cuerpecito que a nadie asustaría.
Cachorrito Charlie aun está conmigo, acompañándome en cada experiencia, en cada aventura… siempre recordándome lo que soy capaz de dar… y siempre presentes, los lamentos del cachorrito…

----------------------------------------------------------------------------------------------------------

Y esa es la verdadera y jamás antes contada historia del origen del nombre de este humilde blog. Gracias por leer.

Y en memoria de todos esos compañeros que tuvimos que despedir, y en honor a los que tuvimos que soportar esas partidas...

sábado, 1 de noviembre de 2014

Entre lápices y tajadores


En una de esas poco productivas tardes en las que queda tan poco que hacer que buscas cualquier excusa para solo distraerte y perder la noción del tiempo, me encontraba revisando aquella olvidada cuenta en una esas páginas destinadas a conocer gente y pactar uno que otro encuentro casual (Ojo! No que yo haga ese tipo de cosas… je).
A los pocos minutos de iniciada la sesión, un curioso mensaje llega a mi bandeja. Y decía algo así:

Persona x: Hola guapo
Yo: Hola… que tal?
Persona x: Eres pachi?
Yo: ah? Pachi?
Persona x: Pachi! Pasivo pues!!
Yo: Uhmmm no…
Persona x: Aburrido!!

Y ahí quedó la “entretenida” conversación.

Pasaron las horas, me entretuve repasando algunos temas pendientes que tenia aun. En un momento de gran concentración, fue el clásico sonidito de notificación del Facebook que casi logro hacerme saltar hasta el techo. Se trataba de una solicitud de amistad. “Ok! Aparenta ser tranquilo…  aceptare”, fue lo que me dije. Y a los pocos minutos, se formulo una conversación como la que sigue:

Yo: Hola
Persona Y: abla q tal opc edad
Yo: Alaaaaaaa xD
Persona Y: opc edad

Y con un simple clic, mi número de amigos de Facebook se redujo en uno.


Entre amigos, en medio de la clásica joda, nunca faltan los comentarios de que tal es “pasiva”, otro es “estafadora”, un tercero es acomplejado (porque dice ser “activo” y los amigos lo colocan como “pasiva reprimida” que no se acepta).
Estamos sumergidos en una realidad donde las personas son definidas y catalogadas en categorías estrictas donde debes encajar y comportarte como la opción que la gente te cataloga (Ojo! No lo que eres, sino lo que dicen de ti) o se te tilda de reprimido o acomplejado.

Y aquí vienen algunos puntos a discutir:
Primero, es entendible que vivimos en una realidad donde el sexo y las relaciones han tomado un amplio valor. Si bien no a todos nos urge “saciar” aquella supuesta necesidad con tanta intensidad como a otros, hay personas lo ven como un placer más que disfrutar. Ok, se respeta. Pero, como se dijo, no todos lo buscamos tan fervientemente, y se pide se respete. No se trata de acomplejarse, es solo ser diferente (valga decir, todos lo somos).
Segundo, la gran mayoría de las personas de este ambiente conoce como funciona el tema de las opciones. Para quien no… dejo esta idea: un ser activo es como el lápiz, uno pasivo es como un tajador. El lápiz se introduce en el tajador. Listo! Claro, también hay modernos, versátiles y otros, pero la idea es la misma… un lápiz y un tajador.
Tercero, lo que a una persone le guste/prefiera hacer en la cama (piso, pared, donde sea… saben a lo que me refiero) o fuera de ella, no la define. Se busca colocar a las personas dentro de categorías (activo, pasivo, etc.) y esperar que mantengan el estereotipo ya forma de una opción. El punto aquí es, como se puede esperar que una persona encaje en categorías tan cerradas solo por sus preferencias? El ser humano es complejo, con actividades que le gustan y otras que rechaza, y quizá algunas que solo no le llama la atención realizar. Definir a una persona por lo que le guste hacer es limitar las elecciones que tiene en frente y mantenerle encasillado en un lugar donde quizá no es el que pertenece. En mi humilde opinión, se trata más de que prefiera hacer, que de cuál sea mi opción. Solo digo.


Queda abierta la discusión…

lunes, 6 de octubre de 2014

Let it go

O “Libre soy, parte 2” (Solo que esta es la versión en inglés :3)

“Let it go! The perfect girl is gone…”
Let it go (Frozen)


Era una fría madrugada de sábado. Después de meses de intentos, había logrado convencerle de salir una noche, como en aquellos viejos tiempos en los que tomábamos cantidades industriales de licor. Era gracioso, nos manteníamos “sobrios” por más que tomáramos.

El clásico intercambio de palabras, una que otra anécdota. Tras un ir y venir de historias, llegamos a la fundamental de la noche. Aquel momento doloroso de las últimas semanas que me llevó casi al límite. Consejos y comentarios vinieron. Tema concluido, dijimos.
Pero no fue así.

Es interesante cuanto puede resistir una persona conteniendo sus sentimientos hasta llegar a su punto de quiebre, donde todo sale como una avalancha y arrasa con todo en su camino. Pues eso pasó. Meses de dolor contenidos en lo más profundo salieron expulsados en pocos minutos. Tristeza, decepción, soledad. Palabras que no me atrevía a pronunciar fueron liberadas en ese momento hasta dejar solo un cascaron vacío de emociones tan negativas que corroían a cada segundo que seguían guardadas.

Habiendo ya pasado un tiempo de aquel incidente, llega un momento de realización. Aquel enorme peso que sentía hundiendo a cada paso que daba ya no existe. Los días han vuelto a ser hermosos, el sol brilla nuevamente, la lluvia es refrescante. No hay más nubes grises que cubran constantemente mi cielo.

Quizá es eso lo que siempre ha hecho falta. Quizá es que tanto contenerse no deja más que sentimientos de decepción hacia uno mismo. No permitirte sentir, pensar, decir. Dejar que aquella represión no haga más que formar una armadura que pueda protegerte y repeler a los demás por temor a ser herido, solo te deja con una fría sensación de soledad.
No se puede vivir en un constante aislamiento pensando que tarde o temprano serás herido por haber pensado, dicho o actuado de cierta manera, o por ser como eres.

En algún momento, hay que mostrarse tal como eres y permitirte acercarte a otros. Y es ahí donde descubres lo que importa en realidad, y quienes son los que valen como amigos a tu lado.

------------------------------------------------------------------------------------------------------------

Nota 1: Esta vez sí me demoré en escribir xD
Nota 2: Y volví al tema de Frozen, ¡Como me gusta esa película!
Nota 3:  Frozen llegó a Once Upon a Time (xD)
Nota 4: Me queda decir… Gracias por todo ese apoyo… Y aguantarme tanta cosa esa vez...  >.<


Y un vídeo de una versión masculina de Let it Go!

martes, 12 de agosto de 2014

Solo por hoy


“La vida es una mier…” (si, esa bella palabrita)

Así me la pasaba pensando pocos días después de dar mis tan queridos exámenes finales.  Y como no pensar así si terminas enfermándote en plenos exámenes y eres obligado a recuperarlos aun en un pésimo estado de salud. Y se pone peor cuando ves que tus notas no resultaron tan buenas en esas evaluaciones…  ¡En fin!

Bien… Empezaron las vacaciones y aun no había mucho que hacer. Jugar algo por ahí, ver películas, salir a aniquilar mi hígado con mezclas exóticas de tantos tragos que ya ni recuerdo donde estoy al final de la noche (Exagerando, claro… ¡je!) y cosas así.

Aprovechando mis días libres, me propuse arreglar aquella zona devastada por innumerables desastres naturales (según mi madre) que yo ya cuarto. ¡Ja!
¡Papeles, papeles y más papeles! Libros que no he utilizado en años, lentes de sol, plumones, fotos… de todo lo que uno puede imaginarse enterrado bajo lo que llenó siete bolsas de basura (si, fueron siete al final). Pocas cosas sobrevivieron. Entre ellas, reapareció una serie de libros que tiempo atrás fueron mi saga favorita: The Immortals. Eran seis libros, de los que solo pude conseguir cuatro en físico. ¿La historia? Chica que conoce a chico, se enamoran y son felices para siempre. Típica historia juvenil con seres inmortales, lecturas de mentes, manifestación de objetos, fantasmas, viajes al pasado, magia, aura y un elixir de la vida eterna. Bastante clásico, diría yo. Pero, hablaré de ello en otra oportunidad.
Lo que llamó mi atención al final de la limpieza (y el motivo de la entrada) fueron unas pocas páginas impresas con las diapositivas de mi exposición de un curso, Terapias alternativas. El tema, REIKI.

Bien, algo corto del tema:
REIKI: Técnica de curación mediante imposición de manos. Se busca la canalización, liberación y circulación de la energía propia de la persona y del universo. Y no todos pueden hacerlo (Naces con el don o no).
Entre las enseñanzas del fundador de esta técnica, el monje zen Mikao Usui, se difundió un escrito con cinco principios, del maestro zen hacia sus alumnos:



                           Solo por hoy…
                               … no te irrites
                               … no te preocupes
                               … se agradecido
                               … trabaja con diligencia
                               … se amable con los demás.



El pasado es algo que ya ocurrió, no es posible modificarlo. El futuro aun no ocurre, el fruto y consecuencias de lo que hagamos. El presente es lo único que existe, y donde es posible actuar.

Por eso, solo por hoy:
No te irrites,  aun si la vida escapa de nuestro control. No hay necesidad de controlar todo lo que ocurre. El miedo a lo desconocido puede llegar a ser paralizante, pero es necesario relajarse y confiar en que las cosas pueden salir bien.
No te preocupes, todos nos hemos equivocado en algún momento de nuestras vidas. Es difícil tomar las cosas con calma cuando temes que las consecuencias de tus acciones pueden aplastarte en cualquier momento. Pero, ya sea por algo que hicimos o por algo que está por ocurrir, no es posible cambiar estos eventos. Solo mediante el continuo aprendizaje de lo que la vida nos presenta, es como salimos adelante.
Se agradecido, no importa si lo que la vida y los demás nos dieron fue poco o mucho. La vida recompensa a aquellos que agradecen y valoran lo que se les da. A veces pueden llegar objetos de gran valor o momentos felices, quizá la vida decide que lo mejor son experiencias que nos permitan crecer. Todo ello, en conjunto, nos permite dar pasos más firmes hacia un futuro si es que valoramos cada momento, experiencia o recompensa de la vida.
Trabaja con diligencia, pues todos cumplimos un rol en esta vida. Es importante darlo todo en cada labor que realicemos pensando en el beneficio que otorgaras, y no tanto en el que recibes. Con ello, no solo se abarca a lo laboral, sino también a trabajar sobre uno mismo. El ser humano crece como persona si se permite pensar en sus acciones y emociones, mejorar aquello que aun puede ser mejorado y preservar lo que debe ser preservado.
Se amable con los demás, aun si no lo son siempre contigo. Una palabra o hecho puede influir en gran medida en la vida de los demás, alegrando o empeorando su día. Es sencillo, si mejoras el día de una persona, esa persona podrá hacerlo a otro y así, hasta el punto que ese buen ánimo pueda incluso volver hacia a ti cuando lo necesites. Lamentablemente, lo mismo ocurre si tus actos son para perjudicar o dañar a otros. Da qué pensar, ¿no?

Es por ello, que el día de hoy es el día más importante de nuestras vidas, ¡siempre!
Solo por hoy…


-------------------------------------------------------------------------------------------------------------------

Nota 1: Se supone que debes colocarte en la posición de piernas cruzadas Gassho (palmas tocándose) y meditar en estos principios.
Nota 2: No, no se aplicar el Reiki. Pero si masajes relajantes, energéticos, con piedras y bambú (baratito nomas! xD)
Nota 3: Se acaban mis vacaciones. ¡Por fin!

martes, 15 de julio de 2014

Wake me up

“So wake me up when it’s all over,
When I’m wiser and I’m older”
Wake me up – Avicii



Andando bajo la lluvia con los lentes completamente cubiertos de pequeñas gotas que no dejan ver mi camino. El frio de aquella noche de invierno finalmente ha caído sobre mí y, con él, cae también el peso de la realidad. ¿Qué estoy haciendo?
Ha pasado mucho tiempo desde que me he detenido a pensar sobre la totalidad de mis acciones, mis errores y mis aciertos. Quizá es solo el melancólico ambiente que me rodea lo que provoca aquellos pensamientos, pero está bien. Ya es hora de detenerme y evaluar mi vida, como en aquel día, mi fatídico tres de mayo.

Las semanas han pasado, al igual que algunos eventos muy duros en mi vida. Con los días llegó el descubrimiento de situaciones inesperadas en mi familia y otros problemas, algunos más relacionados a lo sentimental que otros.
Sobre lo de mi familia, notar que aun eres tratado como el niño de la casa a pesar de pasar ya los veinticinco años. Saber que aun hay cosas que se consideran no aptas para alguien tan  “pequeño” como yo.
Ya ha empezado la semana final de la universidad. Sí, los exámenes finales. Y esta vez, todos son prácticos. El primero ha sido un desastre. Por primera vez en toda la carrera, tuve que atender a una niña de un año y no logré que realice las actividades que había planeado con ella. Bueno, así es la vida, ¿no? No siempre se gana.

Hace pocas horas, he regresado al que prácticamente se ha vuelto mi segundo cuarto: la sala de emergencias. Bueno, regresado por segunda vez. La primera fue ayer. Una crisis inusual, incluso en mis estándares, de migraña que se complicó con otra de ansiedad, según el médico. Luego de tres horas en aquel frio lugar, fui dado de alta con los analgésico más simples que visto en mi vida y calmantes. ¡Benditos calmantes! No debí tomarlos.
He despertado sin la capacidad de levantarme de mi cama, el adormecimiento de mi cuerpo es demasiado como para poder moverme con libertad. ¡Malditos calmantes!
Pocas horas que pasan y finalmente logro levantarme para darme cuenta que mi cuerpo no puede retener el pobre desayuno que tomé. Mareos, debilidad y el retorno de la migraña. Estaré de regreso en emergencias. No recuerdo más.
Despierto cuatro horas después, agotado, pero ya puedo moverme. Me han dado de alta y voy de vuelta a casa. Solo queda una mala noticia: he perdido un final mientras estaba en emergencias. Bueno, así es la vida, ¿no? A veces se pierde.

Todo este tiempo recuperándome solo he oído las mismas frases una y otra vez. “Pero, si eres tan joven”, “Deberías aprender a dejar algunas cosa”, “No puedes cargar con todo tú solo”, “Acostúmbrate a la presión o terminarás aplastado”.
Quizá tienen razón, quizá aun necesito crecer un poco más, quizá me falta más tiempo.  Bueno, ya todo acabó. Ahora solo cerraré los ojos y esperaré ser otro al despertar… 

----------------------------------------------------------------------------------------------------------

Escrito el día viernes 11 de julio.
Esta es mi versión favorita de la canción.


martes, 3 de junio de 2014

Ridículo

"(en) Ridículo: Expuesto a la burla o al menosprecio de las gentes,
sea o no con razón justificada."
(RAE 2014)



Son cerca de las 4pm de una templada tarde de mayo.
El gimnasio de la clínica se encuentra abrumadoramente desordenado. Al parecer, la gente que lo utilizó no sabe que debe regresar las cosas a su lugar (ya se enteraran la próxima que pase, ¡me aseguraré de ello!).
Con el cansancio y la flojera que produce el tener que viajar de Miraflores hasta Ate en menos de una hora, me dispongo a poner todo a un lado donde no estorbe (¡je!), seleccionar algunas cosas que utilizaré en esta sesión y sentarme en una colchoneta a esperar que sea la hora. Ya casi llegan mis pacientitos.

Ha pasado poco más de dos meses desde que empecé a tratar a dos niños en la clínica. Bueno, hacer lo mejor que puedo, ya que es solo parte de un curso práctico, pero supongo cuentan como pacientes míos. Aun recuerdo la primera vez que nos dividieron en grupos y nos asignaron a los niños. Estaba demasiado nervioso, no sabía bien como tratar con niños. Las manos me sudaban ligeramente, me temblaban las piernas, la voz me salía tan baja que ni yo la escuchaba por momentos.
Las primeras sesiones, recibíamos ayuda sobre qué actividades realizar o cómo hablarles para que trabajen. Era sorprendente, en el momento, la facilidad que tenia la encargada de hablarles, jugar con ellos, convencerlos de trabajar. Algo que pensaba yo sería incapaz de hacer.
Fueron pasando las sesiones, y las cosas no mejoraban conmigo. Se me complicaba el hacerles realizar las actividades, incluso pasé una de las peores sesiones de mi vida con un niño que me asignaron por un día (algo que quizá cuente en otra oportunidad).
Luego, llegó el parcial… y debía realizar una sesión con un niño con el que no hubiera trabajado durante el ciclo. Sí, casi me da un paro cardiaco. Si no podía con un niño que trabaje por semanas, ¿Cómo podría con otro que recién conocería esa semana? Me preparé mental, física y emocionalmente (si, así de complicado se me hacia). Bueno, el niño al final nunca llegó, y tuve que trabajar con el que siempre lo hacía. Tuve suerte, supongo.
Durante la primera sesión que le siguió al parcial, volvió la época de estrés. Un grupo nuevo de chicas entró conmigo a trabajar con niños. Y ahora, yo era el que tenía ligeramente más experiencia y debía explicar si no se entendía algo. Luego, por alguna razón, mis compañeras fueron llamas de a pocos por la profesora para explicarles y yo fui quedado solo con mis pacientes. Y fue ahí donde las cosas se pusieron interesantes. El estar por primera vez solo con un paciente, estar encargado de que el niño trabaje y, a la larga, mejore tuvo un efecto inesperado. Aquel temor que merodeaba por cada rincón oculto de mi mente fue quedando a un lado. ¿A qué le tenía miedo? Quizá a meterme en el mundo de los niños, quizá temía hacer el ridículo si hablaba con mi pacientita sobre las princesas de Disney, o hacia voces para que ella imaginara que las princesas y príncipes estaban ahí. ¿Quizá tenía miedo a hacer el ridículo? Es posible.

Han pasado algunas sesiones más con mis pacientitos, y las cosas han mejorado. Finalmente, estoy logrando que esos pequeñitos hagan bien su terapia, o al menos se acerquen a lo esperado (¡je!).


Quizá es por ello que muchas veces he dejado de lado proyectos, ideas que deseaba realizar o expresar, pero temía recibir burlas de quien me rodeara. Quizá siempre ha sido aquel miedo a hacer el ridículo lo que ponía las trabas al futuro que deseo llegar. ¿Pero es realmente necesario sentir ese rechazo hacia el ridículo?
El trabajar con esos niños realmente me ha dejado reflexionando sobre cómo es que aquellos pequeñitos simplemente son ellos mismos en todo momento. No hay temores a que se rían de ellos, no se preocupan de que pensaran los demás o si los harán a un lado por cómo actúan. ¿Por qué es que a medida que vamos creciendo vamos dándole más importancia a lo que pensarán los demás? ¿Por qué el nunca hacer el ridículo es tan importante ahora?
Pienso que el ridículo es parte del crecimiento y desarrollo de una persona. Te diferencias de los demás por cómo eres, por como piensas, por tus errores, por lo que muestras de ti. Si todo ello es cubierto y se oculta de los demás, ¿no estaríamos solo deteniéndonos y disolviéndonos en una masa común donde nadie dará el primer paso a un cambio solo por temor?

------------------------------------------------------------------------------------------------------------------

¡Y ahí vienen las notas!
Nota 1: Creo que la entrada salió algo larguita, pero me gustó como quedó. No es tan extensa, ¿verdad? ¡Je!
Nota 2: Trabajar con niños termina sacando canas de todos los colores posibles, ¡pero esta bonito!
Nota 3: Gracias a mi “psicólogo personal” por mantenerme cuerdo aun después de tanta locura en la clínica.
Nota 4: Tener que aprenderte el nombre e historia de cada una de las princesas Disney ( ya van como trece, !y van en aumento!) y aplicarlas a actividades... no tiene precio -_-


martes, 6 de mayo de 2014

10 cosas que hacer antes de morir


Las últimas semanas en la vida este humilde joven han sido algo extrañas. Por alguna razón, el espectro de la muerte ha estado rondando más cerca de lo que debería o me gustaría tenerle.
Conocidos, algunos cercanos a personas que estimo… bueno, personas cuya partida quizá fue demasiado pronta, o que aun se debaten y no deberían irse. A veces, ya no nos compete decidir cuándo o quien deber irse, lamentablemente.
Frente a ello, llegó a mi mente que, si me llega el momento (ojala aun no), desearía ser capaz de irme sabiendo que realice aquellos sueños que invadían mi pequeña cabeza de niño, y algunas que aun merodean por ahí.

Y aquí va mi gran lista, 10 cosas que quisiera hacer/lograr antes de morir:
1. Dar al menos una clase en algún curso de mi carrera
2. Pararme en un estrado y cantar, frente a muchas personas (y me refiero a algo tipo APPLAUSE de Lady Gaga, o BLOW ME de Pink)
3. Escribir un libro. Uno de los tantos proyectos que dejé a medias…
4. Aprender a conducir (aun manejo en diagonal). Si, aun me cuesta!
5. Aprender a bailar, pero bien (aun sigo con el patentado Baile de la Piedra)
6. Encontrarme con aquellas personas que me lastimaron (ellos lo saben) y decirles en persona que los perdono
7. Hacer el amor en la playa (Uhmmm yeah!)
8. Visitar todos los departamentos de mi querido Perú
9. Pasar al menos un año con un celular sin que se dañe, raje, rompa, etc. (me pasa tan seguido)
10. Mirarle a los ojos y decir: “¿Ves que sí fuiste el amor de mi vida?” (y recién poder partir)

Bien, eso fue un recuento de diez cosas que me gustaría poder realizar. Algunas son muy sencillas, otras tomaran algo más de tiempo para poder realizarlas. Pero, se logra una gran satisfacción al poder realizar aquellas cosas que uno se propuso cumplir.

Esta entrada fue creada con la finalidad de mostrar que todos tenemos sueños, aspiraciones, deseos que nacen de algún rincón quizá ya olvidado de nuestro ser y que muestran el tipo de persona que posiblemente seamos. También, el llegar a realizarlos, incluso el haberlo intentado,  demuestra el compromiso que tenemos con nuestro YO, aquel que siempre está ahí, pero que rara vez recordamos que existe. Solemos olvidar que necesitamos un momento para consentirnos, decirnos que la batalla que luchamos día a día vale ser peleada, y merecemos la recompensa de cumplir algunos de nuestros deseos.

La vida es muy corta, tan corta que a veces no llegamos a cumplir con las metas/sueños/deseos que tuvimos...


-----------------------------------------------------------------------------------

Nota 1: A la memoria de aquel jovencito que poco me conocía, pero se acerco a darme la mano y saludarme años atrás por mi cumpleaños.
Nota 2: A la memoria de aquel muchacho que, en una playa lejana, partió hacia un lugar mejor. Gracias por mostrarme que estaba mal guardar lo que sentía.

viernes, 4 de abril de 2014

Soundtrack personal: Libre soy

“El frío es parte también de mí”
Libre soy (Frozen)



No, no hablaré sobre mi instintivo amor por el clima frío que en los últimos días se ha ido asomando sigilosamente.
Esta toca contar una historia. Esta vez es algo personal (bueno, casi todo lo que escribo es personal…)

Era ya mediados del mes de diciembre del 2011. El contexto… llevaba algunos meses que finalmente me había librado, o creía eso yo, de una persona muy poco grata. La vida era aun vacía para mí y deambulaba con escasos ánimos para casi toda actividad que no sea estar metido en cama mirando el techo de mi cuarto.
Entre tantas personas que repetían en una y otra oportunidad que tenían que debía animarme, que me caería bien sonreír un poco, terminé en una cita con un “especialista” que me ayudaría a salir de ese estado. Fue una sugerencia y casi obligación a punta de escopeta, pero bueno. No profundizaré mucho en ello.
Tras algunas semanas de terapias tan poco útiles que ya estaba por desistir, el amable señor que escuchaba cada uno de mis poco interesantes problemas no tuvo una mejor idea que citarme un día cualquiera (ya que las citas eran siempre los días viernes, creo) para hablar, ya que decía no podría el día que normalmente se daban las citas.
Llegué temprano. Había un automóvil que me parecía conocido afuera, pero no le daba importancia, todos se ven igual para mí. Atravesé las rejas del lugar, toque la puerta e ingresé. Enorme fue mi sorpresa al encontrar a mis padres sentados y hablando, y en medio de ellos estaba una silla destinada para mi…
Mis padres me veían extrañados.  Parecía que ni ellos sabían qué hacían ahí. El hombre nos había citado por separado. Atemorizados, me senté entre mis padres e intenté no mirarlos directamente. Algo en mí ya sabía lo que iba a ocurrir.
El hombre se presento amablemente (algo raro ya que mis padres fueron los que me llevaron el primer día a ese lugar) y empezó con una introducción al tema por el que nos cito…
“La homosexualidad…” y hasta ahí escuchamos la introducción. Ninguno de los tres interrumpió lo que se nos decía, pero las miradas y expresiones lo mostraban todo. Mis padres me miraron de reojo y ya no pude mantener la mirada en ellos. ¡Tierra, trágame!, era todo en lo que podía pensar.
Todo gay tiene el derecho de decir cuando y como decir este tipo de cosas, incluso el no decirlo. Pero, acababa de perder mi oportunidad. Había llegado al punto en el que no había vuelta atrás.
Mis padres me miraron fijamente, y el hombre aquel no dejaba de repetir su seguramente tan planeado discurso que pensaba seria digno de reconocer. Bueno, ninguno le escuchaba ya.
Una vez terminadas sus palabras, nos preguntó si teníamos algo que decir. ¿Acaso esperaba que no sintiéramos el golpe de haber sido expuesto de esta forma tan inesperada? ¿Quizá creía que mis padres tomarían esa declaración como algo simple y con poco significado?
No planeaba disculparme, claro. Uno no puede pedir perdón por ser lo que es, tampoco avergonzarse de ello. Pero, en el momento, no había idea alguna de que decir. El nerviosismo de la exposición fue demasiado para mí.

Ese día no volví a casa hasta ya bien entrada la noche. El temor de qué pasaría en el momento que entre a mi casa me atormentaba. ¿Me botarán de casa? ¿Seré atacado como en tantos casos que he leído en internet? ¿A dónde iré?, y otras preguntas más rondaban mi pobre mente. Finalmente, con los pies ya adoloridos de tanto caminar, llegué a casa…

No se ha vuelto a hablar directamente de ese tema en mi hogar. Mi padre dejó de hacer comentarios “ligeramente” homofóbicos, como él los llamaba. Mi madre, de tiempo en tiempo insiste, según ella bromeando, en que debería tener una enamorada. Quizá aún queda mucho por hacer aquí, pero podría considerarse un primer paso para cambiar las cosas. Se debe empezar por algún lado, ¿no?

Unos meses atrás, veía están tan elogiada película animada de Disney. Una princesa que tuvo que ocultar lo que era por temor a ser perseguida y atacada por el pueblo que ella deseaba cuidar. Tras ser descubierta huye y se recluye en un castillo lejos de todos pensando que es la mejor manera de estar a salvo. Finalmente, luego de mucho drama, es “salvada” por su hermana y recibe la aceptación y cariño de su pueblo.
Si bien existen muchos temas que sacar de aquella película (depende de cómo la veas), hay una parte con la que simplemente no pude evitar sentirme identificado. La libertad de sentir que aquel secreto que sentías te carcomía por dentro ya no existe, es indescriptible. Ya no hay miedo a como reaccionaran, pues ya viviste el momento que tanto temías, ya quedo atrás. Incluso, parte de la canción que acompaña su huida explica sus sentimiento de liberación y, más importante aún, aceptación de lo que es. Aquello que ella mantenía como un secreto no la definía más, sino era solo una parte más de ella.
Quizá también es momento cambiar un poco las cosas, quizá ya es tiempo de decir “ser gay es parte también de mí”.

------------------------------------------------------------------------------------------------------------

Y el momento de las NOTAS!!
Nota 1: Por fin logre terminar el post!! (Se supone que saldría apenas pasen los Oscar)
Nota 2: Si, quizá si la película hubiera salido antes, habría aparecido igual con mi vestido… No, para nada…
Nota 3: Amo el friecito que va apareciendo en estos días, pero ando agripado. Que mal!
Nota 4: Me gusta más la versión latina, la original suena muy... fría! (ja!)


domingo, 2 de marzo de 2014

Se dice de mí (parte II)

“La historia llena de rumores y totalmente FALSA
de cómo arruiné mi impecable reputación”
Easy A




Como dicen que no hay primera sin segunda, aquí va la parte dos de mi historia llena de rumores y falsedades. Esta vez, sazonada con más humor que hígado (a diferencia de la parte uno) e inspirada en una de mis películas favoritas: EASY A (o Se dice de mí, en algunos países).
Y sin más introducciones, ¡aquí va!

Parte 1: Cuervo uno, cuervo dos, cuervo tres y el chico que terminó muy picoteado, ¡pero aprendió!
La frase dice así: “Cría cuervos y te sacarán los ojos”. Bien, a estos tres no los crié, ya me llegaron así. Y que mal hice al querer ser bueno con esas aves negras…
Cuervo uno…  ¿Cuerva? Sí, digámosle cuerva. Género femenino. Entre los 16 y 17 años. ¡Mujer de sonrisa inocente, pero corazón de un color negro cuervo bien oscuro! ¿Y cómo no decirlo? Intentó amarrarme con su aun-no-nacido hijo cuando bien sabíamos la inocente criatura no tenía nada mío (De agarraditas de mano no salen los niños, eso lo tenía bien claro). No caí en ello, por algún tiempo se dijo que no reconocí a mi hijo. ¿Es en serio?
Cuervo dos. O Slender Man (¡Igualiiiito!). Como dice el refrán: “Caras vemos, lo que hace cuando te vas de su casa, no sabemos”. Bueno, eso. Lo que uno se termina enterando. Y este no vino solo. Cierto perrito guardián le seguía. Me hicieron la vida imposible meses después de que acabó todo. Recuento de los daños: de tiempo en tiempo me encuentro con nuevas historias sobre mí, todas falsas, pero divertidas.
Cuervo tres. “El chico de mis pesadillas”. Bastante literal el nombre. Aun da algo de escalofríos recordar la historia. Nada agradable. Prefiero no profundizar mucho aquí. Eso sí, sin rencores. No estoy seguro si los rumores de aquí son suyos o solo creados por sus “amigos”. No diré más.

Y con la historia de los tres cuervos concluida, llega la parte más actual…


Parte 2: Inexactitudes terminológicas y el panetón que no quieren repetir.
“Prefiero que hablen mal de mí a que no hablen”
¿Quién fue el genio que dijo eso? No, no es agradable que hablen tanto y tan mal de ti.
Bien, las inexactitudes terminológicas han sido abundantes. Si bien los rumores sobre mí ya existían, en los últimos meses parece que surgió una tendencia a crear historias sobre mí, ¿o quizá son solo malinterpretaciones de la realidad? La cosa es que están ahí.
No diré de donde vienen o cual es la intención de este ser al hablar así de mí (en especial porque aun no doy con una explicación coherente con respecto al por qué de decir esas cosas). Solo decir educadamente que por favor esas historias las metas… bueno, se capta la idea.
Escuche una frase hace algunas semanas. “¿Quieren que me coma ESO? Ese panetón ya no lo repito” Hablaban de una persona. Un panetón que ya medio Lima lo probó. Fue gracioso. Me alegró el día.

Y sin ahondar mucho (no quiero dar gustos…), toca algo más tranquilo.


Parte 3: Ni un santo ni un pecador, quizá un bicho raro. Pero, sí soy bien bueno.
“Pero si yo soy bien bueno”
Quien me conoce, sabe que no rechazo la ayuda ni a mi peor enemigo. Soy extraño.
Sé lo que es necesitar un apoyo en distintos momentos, así que lo ofrezco si me lo piden.
Tengo mi carácter también, lo sé. Pasa muy poco que pierdo la paciencia. Puedo ser bastante paciente con las personas, “pero cuando exploto, ¡Exploto!”

No soy TAN mala persona, en serio. Son solo las inexactitudes que me hacen quedar mal. No soy un santo tampoco, y sí que cometí mis errores, pero nada de ello tuvo una mala intención. Claro, nadie se interesó mucho por lo detalles y por ahí volaron los rumores. Bueno.


Parte 4: Perro, gato y pericote
“Los perros suelen ladrar a quien no conocen. Los gatos ignoran a quien no le agrada o quien está debajo de ellos. Los ratones prefieren huir y seguir sus vidas, pero arrincona uno y saldrás mal”
(Interpretación libre)


------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------

Nota 1: Creo que con esto ya concluyo el tema de los rumores. Por ahora no tengo más que decir.
Nota 2: Gracias a quienes aun están ahí y creen más en lo que ven que hago que en lo que se dice.
Nota 3: Sí, yo soy BIEN bueno y también exploto, y EXPLOTO (a lo monsefuana)
Nota 4: Casi una hora pensando como poner lo de "parte II" del título, que feo.

domingo, 2 de febrero de 2014

Once



6 a.m. y es hora de levantarse de mi tan cómoda cama y empezar a alistarme. La flojera típica de cada mañana gana la batalla y, media hora después, de un salto me dirijo a la ducha y por fin inicio mi ritual de cada mañana.
Las calles no están tan saturadas como en otras épocas del año. Las vacaciones, nadie sale de su casa, me digo. Llego temprano a la clínica, soy de los primeros en llegar. Incluso mucho antes que los internos (¡ja!). Como sobra tiempo, hago una rápida llamadita a mi querido joven enamorado que va por su segundo día en el nuevo trabajo (¡Genial! Empezamos ambos en la misma semana). Palabras de cariño van y vienen, una que otra joda por ahí y los buenos deseos de que ambos tengamos un excelente día.

8:10 a.m. y el profesor ya esta mirándome con cara de pocos amigos. Bien, el tiempo voló y muy rápido. Consigo un casillero en el depósito de la clínica y me dirijo a que me expliquen mis obligaciones durante estas semanas. Las primeras horas son bastante relajadas. Mi única labor es ir por los instrumentos y agentes que se necesiten y regresarlos una vez que ya no sean necesarios. Bastante simple. Finalmente, llegan las 11. Una hora más para poder retirarme por el día. Y es ahí cuando ocurre lo interesante.

Una voz desde la sala de espera captó mi atención. Era más aguda de lo normal, y lo que decía no podía entenderse con claridad. Se escuchaban el sonido de una silla de ruedas movilizarse por el pasillo y el sonido de la voz se volvía más fuerte, pero no más nítido. Como aun estaba ocupado con mover algunas cosas, dejé prestar atención y me concentré en mis deberes. A los pocos minutos, tuve que dejar mi sencilla tarea y me dirigí al gimnasio a apoyar en el tratamiento del paciente recién llegado. 
Lo que vi me sorprendió. Un joven se encontraba sentado en una de las colchonetas, con una pierna en posición algo fuera de la común, el brazo y mano de ese mismo lado se movía poco fuera de su control y presentaba rasgos de un problema neurológico en el rostro. Lo llamaré Juan, para facilitar un poco. A su lado, el interno intentaba guiarlo para que sentara en una pelota Bobath, pero era obvio que le faltaban manos para controlar la situación. Era momento de cumplir como apoyo. Realizamos algunos ejercicios, todos en aquella pelota y siempre sujetándolo. Se veía la enorme dificultad que implicaban aquellos ejercicios para el paciente. Y con la rapidez que llegó, se acabó el tiempo de sesión, y Juan tuvo que irse. Así acabo mi primer día.

Pasaron unas dos semanas. Pacientes iban y venían. Los horarios se fueron acomodando y ya casi no quedaba tiempo libre. Claro, hablando de los internos. Yo, me limitaba a llevar los instrumentos y eso. Nada especial. “Hacer hora” como dicen, hasta las 11, que llegaba Juan y se requería de mi ayuda. No me quejo, me gusta trabajar con él. Los últimos días, ha mostrado una buena mejoría para controlar sus movimientos. Me sorprende. Pero, más que la rapidez de cómo va evolucionando, me impresiona la actitud con la que se enfrenta a todo.
Desde que llegó, Juan se mostró dándolo todo en los ejercicios, nunca quejándose e incluso exigiéndose aun más para completar las tareas que se le proponen.

Ahora, aquel joven que progresa de forma muy satisfactoria es un gran ejemplo de cómo enfrentarse a la vida: siempre con una sonrisa, siempre viendo que es posible salir adelante y luchar para obtener aquello que tanto quiere (la mejoría y mayor control de sus miembros, en su caso). Es posible que haya situaciones en la que la frustración cubra aquel ánimo y el rostro sea opacado por la tristeza, desesperación o sentimientos de no poder dar más. Pero, así como Juan, tras luchar tanto y darlo todo en cada sesión, ha logrado mejorar, también podríamos llegar a obtener lo que deseamos luego de dar nuestro máximo y no rendirnos ante la adversidad.

Por otro lado, Juan es también un recordatorio de que no debemos dar las cosas por sentado, que tomemos lo que tenemos como algo que siempre estará ahí, pues lo que un momento nos pertenecía, puede perderse en un abrir y cerrar de ojos. El poder abrir los ojos cada mañana y ver aquel molesto sol, el poder mover las piernas y avanzar hacia donde deseamos movernos, el poder sonreír con facilidad, y muchas otras cosas más. Todo ello, lo realizamos con tanta facilidad que muchas veces olvidamos lo valiosas y bellas que son. Esto incluye también a las personas que tenemos a nuestro lado: padres, hermanos, amigos, pareja. A veces actuamos como si aquello que está a nuestro lado va a estar eternamente ahí, que jamás nos va a dejar. Pero, nada es fijo en esta vida, y muchas veces, tenemos que perder algo para realmente valorarlo.

---------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------

Bueno, ¡la primera entrada post premiación llegó! Y aquí va el agradecimiento para aquellas personitas que votaron por mí y me permitieron obtener el Primer Lugar en Mejor Blog (por elección del público) y al jurado por mi Segundo Lugar en Mejor Blog (por elección del jurado). Permitieron a este muchacho sentirse feliz de no haber cerrado el blog meses atrás (y claro que mi señorito enamorado ayudó amenazando con morderme si lo hacía). En serio, ¡gracias! Y queda escrito aquí: Gracias “R” por apoyarme siempre y ser mi primordial inspiración.

Y ahora las notas!!!

---------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------

Nota1: Algunos datos y hecho cambiaron un poco (en especial el nombre) para proteger la identidad del paciente.
Nota2: ¡Amo mi carrera!
Nota3: Tengo un nombre y no es CACHORRITO xD