“Ámame cuando menos lo merezca,
ya que es cuando más lo necesito”
Proverbio chino
¿Alguna vez
que haz sentido tan decepcionado de alguien que piensas ya no hay esperanza en
los demás? Supongo que sí, es raro que a lo largo de una vida no te cruces con
personas deshonestas, violentas, traidores, entre otros. Y muchas veces es fácil
caer en frases como “todos son iguales” o “todos te fallan”, llegando a tomar
el daño ocasionado por una persona y proyectarlo como algo que se debe esperar
de todo ser con el que te cruces.
Poco a poco,
vas hundiéndote en la desconfianza y desesperanza, dudas hasta de tu sombra
pensando que incluso aquella proyección puede llegar a traicionar tu confianza.
Nos cerramos a los demás y preferimos vivir en aquella supuesta soledad que
creemos nos protegerá de futuros daños. Y, finalmente, caemos en la repetición de
aquellas actitudes que nos afectaron en el intento (sea de forma conciente o
inconciente) de dejar de ser la víctima y convertirnos en el victimario. Herir
antes de ser herido.
Pero, ¿es
necesario continuar con aquella aparentemente interminable cadena de victimas y
victimarios? ¿No hay una mejor manera? Quizá solo basta con un ser piadoso que
se detenga a vernos, que escuche el pedido de ayuda que tanto luchamos por dejar salir, pero que
es opacado por actitudes hirientes o deseos de venganza a los que nos vamos
acostumbrando. Quizá no necesitamos que nos digan que está mal pensar de manera
tan dañina hacia los demás, sino hacernos sentir que pueden entendernos, que
saben lo que se siente vivir con ello, que no estamos solos.
Ámame cuando menos lo
merezca...
cuando sienta que ya no
queda más esperanza,
ya que es cuando más lo
necesito…
mmmmm la plaga del mal... pero sé la diferencia
ResponderEliminarQue sabes la diferencia o que sea la diferencia? La idea es buscar cambiar la secuencia y forma de proceder, claro.
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