“So
wake me up when it’s all over,
When
I’m wiser and I’m older”
Wake
me up – Avicii
Andando bajo la lluvia con los lentes completamente
cubiertos de pequeñas gotas que no dejan ver mi camino. El frio de aquella
noche de invierno finalmente ha caído sobre mí y, con él, cae también el peso
de la realidad. ¿Qué estoy haciendo?
Ha pasado mucho tiempo desde que me he detenido a
pensar sobre la totalidad de mis acciones, mis errores y mis aciertos. Quizá es
solo el melancólico ambiente que me rodea lo que provoca aquellos pensamientos,
pero está bien. Ya es hora de detenerme y evaluar mi vida, como en aquel día,
mi fatídico tres de mayo.
Las semanas han pasado, al igual que algunos eventos
muy duros en mi vida. Con los días llegó el descubrimiento de situaciones
inesperadas en mi familia y otros problemas, algunos más relacionados a lo sentimental
que otros.
Sobre lo de mi familia, notar que aun eres tratado
como el niño de la casa a pesar de pasar ya los veinticinco años. Saber que aun
hay cosas que se consideran no aptas para alguien tan “pequeño” como yo.
Ya ha empezado la semana final de la universidad. Sí, los
exámenes finales. Y esta vez, todos son prácticos. El primero ha sido un
desastre. Por primera vez en toda la carrera, tuve que atender a una niña de un
año y no logré que realice las actividades que había planeado con ella. Bueno, así
es la vida, ¿no? No siempre se gana.
Hace pocas horas, he regresado al que prácticamente se
ha vuelto mi segundo cuarto: la sala de emergencias. Bueno, regresado por
segunda vez. La primera fue ayer. Una crisis inusual, incluso en mis estándares,
de migraña que se complicó con otra de ansiedad, según el médico. Luego de tres
horas en aquel frio lugar, fui dado de alta con los analgésico más simples que
visto en mi vida y calmantes. ¡Benditos calmantes! No debí tomarlos.
He despertado sin la capacidad de levantarme de mi
cama, el adormecimiento de mi cuerpo es demasiado como para poder moverme con
libertad. ¡Malditos calmantes!
Pocas horas que pasan y finalmente logro levantarme
para darme cuenta que mi cuerpo no puede retener el pobre desayuno que tomé. Mareos,
debilidad y el retorno de la migraña. Estaré de regreso en emergencias. No
recuerdo más.
Despierto cuatro horas después, agotado, pero ya puedo
moverme. Me han dado de alta y voy de vuelta a casa. Solo queda una mala
noticia: he perdido un final mientras estaba en emergencias. Bueno, así es la
vida, ¿no? A veces se pierde.
Todo este tiempo recuperándome solo he oído las mismas
frases una y otra vez. “Pero, si eres tan joven”, “Deberías aprender a dejar
algunas cosa”, “No puedes cargar con todo tú solo”, “Acostúmbrate a la presión o
terminarás aplastado”.
Quizá tienen razón, quizá aun necesito crecer un poco más,
quizá me falta más tiempo. Bueno, ya
todo acabó. Ahora solo cerraré los ojos y esperaré ser otro al despertar…
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Escrito el día viernes 11 de julio.
Esta es mi versión favorita de la canción.
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