6 a.m. y es hora de levantarse de mi tan cómoda cama y
empezar a alistarme. La flojera típica de cada mañana gana la batalla y, media
hora después, de un salto me dirijo a la ducha y por fin inicio mi ritual de
cada mañana.
Las calles no están tan saturadas como en otras épocas
del año. Las vacaciones, nadie sale de su
casa, me digo. Llego temprano a la clínica, soy de los primeros en llegar.
Incluso mucho antes que los internos (¡ja!). Como sobra tiempo, hago una rápida
llamadita a mi querido joven enamorado que va por su segundo día en el nuevo
trabajo (¡Genial! Empezamos ambos en la misma semana). Palabras de cariño van y
vienen, una que otra joda por ahí y los buenos deseos de que ambos tengamos un
excelente día.
8:10 a.m. y el profesor ya esta mirándome con cara de
pocos amigos. Bien, el tiempo voló y muy rápido. Consigo un casillero en el
depósito de la clínica y me dirijo a que me expliquen mis obligaciones durante
estas semanas. Las primeras horas son bastante relajadas. Mi única labor es ir
por los instrumentos y agentes que se necesiten y regresarlos una vez que ya no
sean necesarios. Bastante simple. Finalmente, llegan las 11. Una hora más para
poder retirarme por el día. Y es ahí cuando ocurre lo interesante.
Una voz desde la sala de espera captó mi atención. Era
más aguda de lo normal, y lo que decía no podía entenderse con claridad. Se
escuchaban el sonido de una silla de ruedas movilizarse por el pasillo y el
sonido de la voz se volvía más fuerte, pero no más nítido. Como aun estaba
ocupado con mover algunas cosas, dejé prestar atención y me concentré en mis
deberes. A los pocos minutos, tuve que dejar mi sencilla tarea y me dirigí al
gimnasio a apoyar en el tratamiento del paciente recién llegado.
Lo que vi me sorprendió. Un joven se encontraba
sentado en una de las colchonetas, con una pierna en posición algo fuera de la
común, el brazo y mano de ese mismo lado se movía poco fuera de su control y
presentaba rasgos de un problema neurológico en el rostro. Lo llamaré Juan,
para facilitar un poco. A su lado, el interno intentaba guiarlo para que
sentara en una pelota Bobath, pero era obvio que le faltaban manos para
controlar la situación. Era momento de cumplir como apoyo. Realizamos algunos
ejercicios, todos en aquella pelota y siempre sujetándolo. Se veía la enorme
dificultad que implicaban aquellos ejercicios para el paciente. Y con la
rapidez que llegó, se acabó el tiempo de sesión, y Juan tuvo que irse. Así
acabo mi primer día.
Pasaron unas dos semanas. Pacientes iban y venían. Los
horarios se fueron acomodando y ya casi no quedaba tiempo libre. Claro,
hablando de los internos. Yo, me limitaba a llevar los instrumentos y eso. Nada
especial. “Hacer hora” como dicen, hasta las 11, que llegaba Juan y se requería
de mi ayuda. No me quejo, me gusta trabajar con él. Los últimos días, ha
mostrado una buena mejoría para controlar sus movimientos. Me sorprende. Pero,
más que la rapidez de cómo va evolucionando, me impresiona la actitud con la
que se enfrenta a todo.
Desde que llegó, Juan se mostró dándolo todo en los
ejercicios, nunca quejándose e incluso exigiéndose aun más para completar las
tareas que se le proponen.
Ahora, aquel joven que progresa de forma muy
satisfactoria es un gran ejemplo de cómo enfrentarse a la vida: siempre con una
sonrisa, siempre viendo que es posible salir adelante y luchar para obtener
aquello que tanto quiere (la mejoría y mayor control de sus miembros, en su
caso). Es posible que haya situaciones en la que la frustración cubra aquel ánimo
y el rostro sea opacado por la tristeza, desesperación o sentimientos de no
poder dar más. Pero, así como Juan, tras luchar tanto y darlo todo en cada
sesión, ha logrado mejorar, también podríamos llegar a obtener lo que deseamos
luego de dar nuestro máximo y no rendirnos ante la adversidad.
Por otro lado, Juan es también un recordatorio de que
no debemos dar las cosas por sentado, que tomemos lo que tenemos como algo que
siempre estará ahí, pues lo que un momento nos pertenecía, puede perderse en un
abrir y cerrar de ojos. El poder abrir los ojos cada mañana y ver aquel molesto
sol, el poder mover las piernas y avanzar hacia donde deseamos movernos, el
poder sonreír con facilidad, y muchas otras cosas más. Todo ello, lo realizamos
con tanta facilidad que muchas veces olvidamos lo valiosas y bellas que son.
Esto incluye también a las personas que tenemos a nuestro lado: padres,
hermanos, amigos, pareja. A veces actuamos como si aquello que está a nuestro
lado va a estar eternamente ahí, que jamás nos va a dejar. Pero, nada es fijo
en esta vida, y muchas veces, tenemos que perder algo para realmente valorarlo.
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Bueno, ¡la primera entrada post premiación llegó! Y
aquí va el agradecimiento para aquellas personitas que votaron por mí y me
permitieron obtener el Primer Lugar en Mejor Blog (por elección del público) y
al jurado por mi Segundo Lugar en Mejor Blog (por elección del jurado). Permitieron
a este muchacho sentirse feliz de no haber cerrado el blog meses atrás (y claro
que mi señorito enamorado ayudó amenazando con morderme si lo hacía). En serio,
¡gracias! Y queda escrito aquí: Gracias “R” por apoyarme siempre y ser mi
primordial inspiración.
Y ahora las notas!!!
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Nota1: Algunos datos y hecho cambiaron un poco (en
especial el nombre) para proteger la identidad del paciente.
Nota2: ¡Amo mi carrera!
Nota3: Tengo un nombre y no es CACHORRITO xD
Felicidades y siempre en la vida como Juan!
ResponderEliminarSiempre en la vida como Juan! Correcto!
EliminarGracias :)
Es cuestión de esforzarse, mucho empeño y buena voluntad. Se dice fácil pero a veces no actua asi.
ResponderEliminarFelicidades por los premios =)
abrazos
Lamentablemente, es mas fácil quedarse en el dicho, tienes razón! Pero, ello ya viene del deseo propio de superar lo que uno encuentre, considero.
EliminarGracias! :D
Felicidades por tener tan lindas lecciones de vida en tu labor diaria y por los premios que bien podrían ser también por acompañar a otros en su esfuerzo. Un abrazo!
ResponderEliminarHay que aprender a encontrar lo bello en la vida y aprender de cada evento de nuestras vidas, bueno o malo (uhmmm, creo que veo otro post en camino... xD)
EliminarGracias!! Un abrazo!
Como dice Dammy! es cuestión del esfuerzo! y bueno... saludotes!
ResponderEliminarComo dice Dammy: esfuerzo, empeño y voluntad, y a seguir hacia nuestras metas!
EliminarSaludos :)