En los tiempos en que el tiempo aun no se contaba, cuando la magia
y la fantasía inundaban cada rincón del planeta, y el único astro que se
mostraban majestuoso en el cielo era el sol, seres similares al hombre
habitaban en la tierra. Estos poseían una fuerza y agilidad descomunal, y una
mente muy capaz de sobrepasar la escala de inteligencia actual.
Entre estos seres, había dos que eran reconocidos por sus dotes
superiores: Uno de fuerza mayor que los demás y poseedor de una inteligencia
muy por encima de la de sus compañeros; y otro de increíble agilidad física y
gran conocedor de las artes místicas. La pareja era invencible cuando se
trataba del combate, y eran admirados por el amor puro e incondicional que
existía entre ellos.
Un día, ante el temor de la gran habilidad que estos dos seres
poseían, y su invulnerabilidad cuando estaban juntos, los ancianos de la tribu
decidieron que debían ser separados. Para ello, se decidió mandar a cada uno a
un extremo del territorio, en misiones distintas. El más fuerte fue enviado al
norte, mientras que el otro se dirigió al sur. Por mucho tiempo, ambos
realizaban sus respectivas tareas y no fallaban en ningún momento, pero extrañaban la calidez de la presencia de su compañero. La soledad que sentían en su interior al no tener al otro a su lado era muy fuerte. Sin embargo, no podían verse ni debían verse.
Así, cada vez que estaban por concluir una
misión, aparecía una nueva, y con ello, se prolongaba el tiempo que debía esperar la pareja para su tan deseado reencuentro. Finalmente, llegó el día en que la necesidad de estar juntos ya no podía ser
soportada, por lo que, cada uno por su lado, idearon un plan para verse.
El más
diestro en las artes místicas, decidió que, si no podía estar junto a su amado,
lo mínimo que quería era poderlo ver y ayudarle en su trabajo cuando el benevolente sol no estuviera para iluminar su camino, por lo que se transformó en una gigantesca esfera blanca y se elevó en
el cielo.
El más fuerte, utilizando la inteligencia y fuerza superior que
poseía, fue tras una bestia de pelaje místico, que podría transformarlo en una
criatura que no podria ser reconocida, y así podría burlar a quienes lo vigilaban. De esa
manera, el primero se elevó en el cielo, mientras que el otro recorría el
planeta, ambos en busca su querido compañero.
Pero, lamentablemente, ambos ignoraraba que, muchas veces, se debe pagar un precio por lo que se desea obtener...
Mientras el joven transformado en una criatura mística corría por las llanuras en busca de su amado, quiso descansar en un
pequeño río. Y grande fue su sorpresa al descubrir que no podía volver a ser
humano. Por otro lado, el joven trasformado en la gran esfera brillante sentía como sus fuerzas se
agotaban de tanto permanecer en el firmamento, pero, al querer descender, se
dio cuenta que su cuerpo no reaccionaba, sino que se iba endureciendo muy
lentamente.
Frente a aquel problema, el primero corrió con todas sus
fuerzas antes de terminar de convertirse en un bestia sin razón, mientras que
su amado utilizaba toda su fuerza de voluntad para elevarse lo más alto posible
y encontrar a su joven mitad.
Finalmente, con las pocas fuerzas que le quedaban, el más diestro
en las artes, utilizó lo último de su poder para reflejar la intensa luz solar
y captar la atención de su amado, deseando poder darle un ultimo mensaje de amor antes de dejar atrás su existencia razonal. Cuando su joven amado lo notó, subió a la
montaña más alta que encontró en el camino y decidió gritar con todas sus fuerzas el nombre de aquel ser del que no deseaba separarse. Lamentablemente, la razón empezó a abandonarle a medida que brotaba el sonido
de su hocico, por lo que únicamente un triste aullido fue lo que pudo ser oído por su amado y los otros seres a la distancia.
Por ello se dice, desde ese día, durante las noches de luna llena, puede oírse a un solitario lobo
aullando con todas sus fuerzas a la luna. Puede que sea solo por instinto, o quizá es el saludo del joven hacia su amado gritando con todas sus fuerzas el profundo amor que aun siente, y dándole la bienvenida a una de las muchas citas que tuvieron, tienen y tendran hasta el final de los tiempos...
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Una pequeña historia de amor creada hace algunos años y perfeccionada una mañana de domingo...