sábado, 22 de junio de 2013

Sober

"I'm safe up high, nothing can touch me,
but why do I feel this party's over?
No pain inside, you're like protection,
but how doI feel this good sober?"


Encerrado en la oscura habitación. El silencia domina el lugar, nadie debe darse cuenta de lo que esta sucediendo.
Ha pasado meses desde la ultima vez que me sentí así. Creo que ya extrañaba la sensación. Vuelvo a sentirme yo otra vez.

Quizá es mi culpa, quizá no debí creer que todo pasaría con tanta facilidad, pero me dijo que así seria. Yo le creí, no tuvo mala intención. Quizá no entendió la situación.
He luchado contra ello. Día a día, cada hora, cada interminable minuto. Algunas veces gano, en otras pierdo miserablemente. No es tan sencillo como la mayoría lo imagina. No, tampoco se trata de un capricho.
He intentado decírselo. Pero, ¿como puedo hacerle entender si ni yo mismo puedo hacerlo? Es algo extraño. Solo se que pasa y, cuando ocurre, pues... prefiero que quede ahí.

Como muchos, probé con distraerme. Una consola Wii, varios juegos, muchas horas invertidas en solo perder la noción del tiempo. Pero, llega el momento de apagar todo y terminas hundiéndote en esa oscuridad que tanto deseas alejar.
Una margarita, una piscina, un poco de vodka o quien sabe que mas, la memoria deja de funcionar a los pocos minutos, pero también escapas de toda terrible sensación. Ya nada importa, no sientes nada. Solo esta el ahora, solo esta aquel adormecimiento, aquel pequeño momento de paz que tanto deseas.
Pero, aquel momento es pasajero y pronto volverás a sentir aquello que te lleva a lo mas profundo de tu dolor.

No importa, aunque sea por solo una noche, quieres dejar los fantasmas atrás y volver a cuando no te atormentaban, cuando aun no habías cambiando...



domingo, 9 de junio de 2013

La espera del osito


Me encontraba andando por las ya muy recorridas calles miraflorinas, cuando un edificio en construcción (o en destrucción, no estoy muy seguro) llamo mi atención. Ya que casi por toda zona de la ciudad puede apreciarse imágenes como esa, seguí mi camino sin prestarle mayor atención. Pero, luego de unos pocos pasos, una imagen que mi caprichoso cerebro demoró en procesar golpeo mis sentidos. No fueron aquellas rejas mal colocadas ni la gran cantidad de polvo que cubría el suelo ni mucho menos la interesante iluminación que había en aquel lugar lo que impacto mi mente.
En la parte central del cuarto podía verse, a través de las rejas, un objeto poco común en un lugar como este se encontraba apoyado en la pared.

Mis pies se detuvieron al inicio, para luego obligarme a dar marcha atrás y a observar con mayor detalle la imagen. En aquel lugar, un pequeño oso de peluche, cubierto completamente por el polvo del lugar, se encontraba sentado a la vista de los incautos transeúntes que le prestaban poca o ninguna atención a aquel solitario objeto.

Luego de tomar la respectiva foto, y mientras emprendía el regreso a casa, un pensamiento llego a mi mente: ¿Será que muchas veces quedamos como aquel olvidado osito de peluche? Es decir, esperando en vano que un alma caritativa se acerque y nos recoja, o que la vida por si misma atraiga hacia nosotros aquel momento que tanto deseamos que llegue, pero que nunca lo hace.

Ahora, pensando con mayor profundidad: Si fuera ese el caso ¿Es realmente necesario que esperemos la "mágica" llegada de la persona que esperamos o que aquello que tanto deseamos que suceda llegue por si solo? ¿Y si la espera no dura días, sino meses, o incluso años? Con sinceridad, el tiempo es siempre corto y no perdona ¿Estamos realmente dispuestos a seguir esperando?